Charles Leclerc tiene cuentas pendientes con Mónaco. Desde que es piloto de Fórmula 1 ha corrido en tres ocasiones este Gran Premio, nunca ha visto la bandera a cuadros. Este año, en plena lucha por el título, tiene una nueva oportunidad de cambiar su suerte en Montecarlo. Lo necesita si quiere recuperar el liderato del Mundial, que se le escapó tras su retiro en el GP de España.


El monegasco encara su carrera de casa con el mismo enfoque de las anteriores temporadas, pero con una batalla por el campeonato con Max Verstappen que será intensa, no puede dejar más puntos por el camino y en Barcelona se le acabaron los ahorros.

"La actitud es siempre la misma y el enfoque es siempre el mismo, independientemente de si lideramos o no el campeonato. Cada punto es valioso. Nuestros rivales son muy fuertes y todos sabemos que hasta el más mínimo error puede marcar una gran diferencia".

Leclerc reconoce el gran trabajo de su equipo en este inicio de año, pero sabe que no pueden aflojar en ningún frente porque sus competidores no les harán la vida sencilla.

"Desde el comienzo de esta temporada, el equipo que hizo todo perfecto fue el que ganó. Haremos todo lo posible para ser ese equipo.

Tenemos la confianza de que podemos lograrlo, lo cual es un buen punto de partida, pero al mismo tiempo, somos conscientes de que no será fácil conseguir nuestros objetivos".

Aunque varios pilotos tienen su residencia en Mónaco y lo consideran su Gran Premio de casa, para Charles Leclerc es todavía más especial. Es el único monegasco de la parrilla y su vínculo con el trazado va más allá de lo deportivo.

"Mi parte favorita de la pista es definitivamente 'Piscine', que son las dos 'S' junto a la piscina. Se siente increíble, realmente disfruto pilotando allí. También es donde aprendí a nadar cuando era niño, así que tengo un vínculo emocional con esa parte, lo que lo hace aún más significativo".

En las calles del Principado todo puede pasar y no pocas veces ha sido el escenario de grandes gestas. Charles Leclerc cree haberse ya gastado toda la mala suerte y espera que esta vez la fortuna le sonría.