La incursión de Cadillac en el campeonato de Fórmula 1 a partir de 2026 no es un experimento, sino una expansión estratégica. Su principal ventaja no reside en un presupuesto, sino en un activo tangible: la vasta y probada infraestructura de competencia de General Motors.

Esta base operativa, forjada en múltiples disciplinas del automovilismo mundial, constituye el fundamento sobre el que se construirá el nuevo equipo.

GM compite y triunfa de forma simultánea en NASCAR, IndyCar, IMSA, WEC, Supercars y NHRA, entre otros. Este despliegue no es meramente logístico; es un sistema de desarrollo continuo.


Cada una de estas plataformas funciona como un laboratorio de alta presión donde equipos de ingeniería, simulaciones y técnicos perfeccionan tecnologías críticas: aerodinámica, propulsión, gestión de neumáticos, electrónica y sistemas de refrigeración.

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La transferencia de este conocimiento acumulado hacia el programa de Fórmula 1 será directa y sistemática.

Mientras muchas organizaciones invocan una "cultura ganadora", GM Motorsports la demuestra con métricas concretas. Solo en 2025, el departamento acumuló 114 victorias y más de 17 campeonatos globales. Este historial no es anecdótico; genera una metodología.

Eric Warren, Vicepresidente de Competición Global de GM, lo define como "una mentalidad, una disciplina, el rechazo a la mediocridad". Para el equipo Cadillac, esto se traduce en incorporar personal con experiencia probada en entornos de máxima exigencia.


La Fórmula 1 impone estrictas limitaciones a los tests, haciendo de la simulación de alta fidelidad un pilar del rendimiento. GM posee una capacidad consolidada en este ámbito, desarrollada tanto para competición como para vehículos de producción, como demostró al reducir a la mitad el tiempo de desarrollo del GMC HUMMER EV mediante prototipos virtuales.

El desafío crítico, la "correlación" –la precisión con que los datos simulados reflejan la realidad–, es un campo donde la experiencia de GM en modelado de neumáticos y dinámica de fluidos resulta invaluable.

Cuando el Cadillac de Fórmula 1 de Sergio Pérez y Valtteri se alinee en el Gran Premio de Australia de 2026, no será el producto de un proyecto aislado. Será la manifestación de un ecosistema corporativo dedicado a la competición de alto rendimiento.