Ferrari exalta el trabajo de Felipe Massa y destaca sus once victorias en la Scuderia
sep 12 /2013 15:22 GMT
Maranello, Italia
Ferrari S.p.A.
Once victorias, once extraordinarios recuerdos en la carrera de Felipe Massa, todos con un denominador común: el Rojo Ferrari. En el periodo que va desde el Gran Premio de Turquía de 2006 hasta el de Brasil en 2008, es cuando llegaron estos once inolvidables momentos en una historia que se acerca a su fin, pero que de ninguna manera ha terminado aún.
La mejor victoria, pero en términos deportivos también la más dolorosa, fue la última. Aquel domingo, 2 de noviembre de 2008, en Interlagos, Felipe fue campeón del mundo durante unos segundos. Cruzó la línea en primera posición al final de una carrera que dominó de principio a fin, y sólo un adelantamiento en la curva Cesarini de Hamilton a Glock, que estaba sufriendo con neumáticos lisos sobre el mojado trazado, privó al brasileño de llevarse la corona. Es cierto que si un título se pierde por tan sólo un punto, algún incidente u otro pueden ser vistos como el factor decisivo, pero a los ojos del mundo entero, lo que quedó y lo que la gente recuerda de aquel día es la clase con la que el piloto de Ferrari controló su decepción sobre el podium.
"El deporte tiene momentos como estos y tenemos que aceptarlos”, dijo. "Felicidades a Lewis: quien suma más puntos se merece el título. Estoy muy orgulloso del equipo entero y del apoyo que me han prestado a lo largo de toda esta fantástica temporada. Hoy debemos estar contentos con lo que hemos hecho: hemos conseguido el título de Constructores y sé lo importante que es eso para el equipo. Me voy de Interlagos con la cabeza bien alta, porque he ganado de nuevo delante de mi afición y porque este será un día que nunca olvidaré".
Dos años y once días antes, en el mismo circuito y sobre el mismo podium, había una alegría inmensa, como sólo puede pasar cuando gana un brasileño en casa. Y si la victoria llega vistiendo los colores de tu país, entonces la fiesta es completa. El 22 de octubre de 2006 fue especial, porque fue el día que Michael Schumacher dijo adiós (la primera vez) a las carreras. Ese fin de semana, Felipe llevó los colores de la bandera brasileña en su mono de carreras y parece que le dio ese pequeño extra de velocidad, ya que fue el claro dominador a lo largo del fin de semana. En la carrera se escapó desde el principio, mientras que más atrás, Michael dio un recital con una gran remontada desde la última posición; pero sobre el podium, las celebraciones tenían que ver con el chico local.
"Hoy, otro sueño, un sueño que he tenido toda mi vida, se ha hecho realidad", dijo tras la carrera. "El auto ha estado perfecto, los neumáticos de Bridgestone han estado perfectos, he pilotado impecablemente, ¡y todo eso en mi carrera en casa! Quiero dedicar esta victoria a mi familia, mis amigos y todos aquellos que me han ayudado en mi carrera y al pueblo de Brasil, que hoy me ha transmitido todo su afecto a través de los aficionados en las gradas".
Si Interlagos fue el escenario de sus victorias más memorables, Estambul y Sakhir se convirtieron en circuitos especiales para el brasileño por la facilidad con la que siempre demostró su talento en estos dos trazados tan distintos pero tan exigentes a la vez. En Turquía, Felipe ganó tres veces consecutivas, de 2006 a 2008 y en Bahréin dos veces, en 2007 y 2008. La primera y la última de estas victorias ya mencionadas fueron particularmente importantes.
La victoria en Estambul en 2006 fue la primera de su carrera en la Fórmula 1, un recuerdo que nunca olvidará, mientras que la se Sakhir fue, de alguna manera, más importante, ya que confirmó sus habilidades en un momento en que las críticas en los medios, algo constantes a lo largo del tiempo que lleva Felipe en Maranello, empezaban a volver a la acción tras la carrera en Sepang.
El brasileño también ganó dos veces en España, aunque en dos circuitos distintos y en dos Grandes Premios diferentes. Curiosamente, en ambas ocasiones, en Barcelona en 2007 y en Valencia al año siguiente, Felipe consiguió la pole, la victoria y la vuelta rápida en carrera, confirmando que cuando tenía el día, tenía la velocidad para ganar a cualquiera, si contaba con un auto que estuviera a la altura.
Las otras dos victorias de Felipe fueron más difíciles de conseguir, dándose en circunstancias extrañas en aquella temporada increíble de 2008. En Magny-Cours, el brasileño aprovechó un problema con el escape en el auto de su compañero Kimi Räikkönen, mientras que en Spa, con la lluvia que cayó en las últimas vueltas, Felipe se quedó al margen de la pugna entre Kimi y Hamilton, que terminó con el finlandés contra la barrera y el inglés con una penalización tras la carrera.
De hecho, en muchas ocasiones, los demás se beneficiaron del infortunio de Felipe (sólo hay que recordar su avería de motor en Budapest en 2008) por lo que estas dos victorias inesperadas sólo son una pequeña venganza para un piloto al que le sigue debiendo mucho la suerte.
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