Repetición CARRERA - GP CHINA 

Crónica desde Maranello - A una curva de la gloria
Crónica desde Maranello - A una curva de la gloria
   nov 4 /2008 20:55 GMT
 Maranello, Italia
 F1LATAM.COM - Henry Bonilla

Por: Henry Bonilla
Director F1LATAM.COM
@HenryBonillaF1
*. Observe las fotos de Modena

*. Observe las fotos de la Galleria Ferrari y Maranello


Por: Marc Gasulla
Enviado especial a Maranello



Maranello, la ciudad de Ferrari y de la buena vida”. Así se define en la información turística esta localidad de apenas 16.000 habitantes, localizada en la Provincia de Modena. Una localidad que a pesar de no ser demasiado grande alberga el mayor mito de la historia del automovilismo. Aquél sin el cual las carreras no se entenderían como tales, aquél que apasiona a millones de personas de todo el mundo, esa marca de coches cuya factoría podría considerarse una fabrica de sueños: Ferrari.

En todo el mundo Ferrari es sinónimo de velocidad, competición, orgullo y pasión, pasión que como cabría esperar aumenta cuanto más cerca de la sede central. Todo empezó en Modena un 18 de Febrero de 1898, cuando nació el hombre cuyo inmortal nombre marcaría la historia, Enzo Ferrari. Su casa natal, localizada en una zona un tanto apartada del casco antiguo de la ciudad, está siendo acondicionada y se prevé la construcción de una modernísima Galería Ferrari justo al lado, dotada de una arquitectura absolutamente futurista. Modena es también conocida por su excelente vinagre balsámico y por sus tortelloni, buenos aliados para una parada en boxes tras contemplar alguna de las espectaculares tiendas que venden Ferrari de segunda mano. Auténticas reliquias inmunes al paso del tiempo, más bien lo contrario a juzgar por la admiración que siguen despertando modelos de los años 70 u 80. Una admiración por la Scudería que en Modena tiene un punto de obligado paso en el Parque Enzo Ferrari. Allí se encuentra un espectacular monumento que repasa varios episodios de su vida y de lo que significa Ferrari, sus valores. En el otro lado, unos bonitos paseos que rinden homenaje a pilotos de leyenda de la escudería del Cavallino, con bustos de los mismos dignos de ser contemplados y que invitan a recordar sus aventuras con los coches rojos.

En Maranello, centro del mundo tifosi, se respira Ferrari en todas partes. Allí, por ejemplo, es posible degustar una “pizza Schumacher” o si se prefiere una que toma por nombre el del entonces candidato al título, Massa. Cualquier lugar es bueno para colgar una bandera de la Scudería, ya sea una cafetería, pizzería, un taller mecánico o cualquier tienda. Tiendas que en su mayoría venden artículos sobre Ferrari difíciles de encontrar en otros sitios. A pesar del elevado precio, para todo buen ferrarista es de obligada compra al menos un artículo, si es posible, siempre en tiendas que no sean la oficial dados sus prohibitivos precios. Cerca de allí, la Gallería Ferrari contiene la mayor exposición de máquinas con el escudo del Cavallino que uno pueda ver. Tanto F1, con un piso entero, como GT y coches de calle tienen su espacio, además de motores, neumáticos y varias exposiciones más. Actualmente, a causa del lanzamiento del nuevo Ferrari California, había un espacio reservado a la relación entre Ferrari y América, mostrando entre otros uno de los nuevos modelos.

Llegó la hora de la verdad. No había un ambiente especialmente optimista antes del GP de Brasil. "Demasiados errores esta temporada, el año pasado fue un milagro que no se volverá a repetir, McLaren no volverá a fallar de ese modo", comentaba un hombre mayor en un acalorado diálogo con otro amigo suyo, tifoso veterano también. "No tenemos grandes pilotos esta temporada, a Massa le queremos pero es inconsistente y Kimi lleva toda la temporada dormido", decía. Otro que se unió a la conversación replicó, "pero sí tenemos un gran equipo, unido y que sigue luchando", a lo que el primero respondió "¡antes lo teníamos, con Schumacher, Todt y los demás! Incluso Schumacher con casi 40 años hubiera ganado este Campeonato". Sobre el futuro, una parte importante parece que ha dejado de ver a Alonso con malos ojos y creen que con él la Scudería habría ganado ya el mundial, mientras que otros se oponen frontalmente a su fichaje. "No podemos olvidar todas las cosas que ha dicho sobre Ferrari, y además no es un piloto que encaje en el equipo". La carrera se presentaba apasionante. La cita era a las 17.30 en la Piazza Libertà, donde los aficionados se repartían entre el Auditorio Enzo Ferrari y la propia plaza, en la cual había instalada una pantalla gigante. Detrás iba llegando una importante legión de Ferrari y de tifosi, bandera en mano, dispuestos a animar a la Scudería una vez más. Aficionados llegados de todo el planeta, desde Sudáfrica hasta Chile, pasando por España o el Reino Unido. Las opciones eran pocas, pasaban por una victoria de Massa y un fallo de Hamilton, quizás ayudado por el compañero Raikkönen o por el compatriota Trulli. La lluvia, a falta de pocos minutos para empezar la carrera, llevó la tensión a cotas máximas y llegó a su punto álgido en la salida. Entre aplausos, partieron los 20 monoplazas, dando paso a gritos de alegría al ver que los McLaren iban hacia atrás y no podían seguir el ritmo de cabeza. Aún había esperanzas, a pesar de que con la carrera estabilizada Hamilton tenía el Campeonato en su mano. Fue la lluvia final la que provocó un terremoto en Maranello, con un espléndido Vettel luchando con el inglés. El joven piloto de Toro Rosso se ganó las alabanzas de los tifosi gracias a su adelantamiento que propició el delirio en la plaza.

Volvía a suceder el milagro, de forma increíble Hamilton fallaba otra vez en el momento decisivo, se le veía incapaz de controlar la máquina y menos aún sus nervios. Con Massa cruzando la línea de meta y dirigiéndose hacia la gloria llegó el desastre final. Hamilton había adelantado a Glock en la última curva de la última vuelta ante la incredulidad, luego la rabia y finalmente la desolación de los ferraristas. Rostros desencajados, gritos de impotencia y expresiones de sufrimiento a causa del más cruel de los posibles finales. Para Felipe Massa fue con toda probabilidad uno de los capítulos más amargos de su carrera, cuyo desenlace no hubiera escrito ni un guionista de cine.

Casi sin reaccionar, alguien recordó que se había ganado el Campeonato de Constructores, un título menos valorado para el público en general que el de Pilotos pero que para Ferrari y sus aficionados es esencial. Tiene un gran valor para este equipo que casi es una familia, el del reconocimiento del trabajo y del esfuerzo realizado en una temporada llena de momentos complicados. Aún así, como era obvio, nadie tenía el cuerpo como para celebrar nada. Acompañando a Massa en su viacrucis hasta el podio, con los ojos empañados al igual que el paulista, los tifosi aún presentes tuvieron fuerzas para aplaudirle, rendir homenaje a este bravo piloto, menospreciado por muchos y que ha estado a escasos metros de proclamarse campeón. Massa no ha ganado el Mundial pero sí el corazón de todos los ferraristas. Como decía uno de los aficionados presentes, "Felipe, sei uno dei nostri".

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