Mercedes es uno de los equipos que siempre aspira al título y su pasado lo ratifica. Sin embargo el fuerte nivel de Red Bull ha opacado en los dos últimos años su rendimiento y es por esta razón que sus esperanzas están ahora en el nuevo W15 que pilotearán Lewis Hamilton, en su última temporada con el equipo, y George Russell.


Y precisamente los errores del pasado han sido tenidos en cuenta para construir este auto totalmente nuevo, escuchando la retroalimentación de los pilotos e iniciando este proyecto desde cero bajo el liderazgo de James Allison, quien regresó al equipo a mediados del año pasado.


La suspensión del nuevo W15 es push-rod tanto adelante como atrás. Sus pontones podrían calificarse de conservadores, con entradas de aire triangulares. Respecto a la posición del piloto, esta ha tenido un leve desplazamiento, mientras que la caja de velocidades junto con el eje trasero han sido rediseñados, todo para tener un mejor control de los neumáticos.


A esto se anexa un fuerte trabajo en el piso del auto, con una serie de soluciones aerodinámicas todo para encontrar mayor carga. Esto se complementa con un alerón trasero más eficiente, el cual busca obtener una mayor velocidad final, gran carencia del W14 en 2023.


Al estar congeladas por reglamento el desarrollo de las unidades de potencia, Mercedes ha trabajado en optimizar la fiabilidad, teniendo en cuenta los 24 Grandes Premios que tendrá esta temporada, sumado a las seis competencias sprint.

Respecto a su estilo visual, Mercedes ha elegido para el 90 aniversario de las Flechas Plateadas, los colores gris y negro.


Toto Wolff, jefe del equipo, comentó: " Creo que los dos años anteriores fueron necesarios para reajustarnos, recalibrarnos y reinventarnos en ciertas áreas. Ese planteamiento de raíz nunca es fácil. Pero hemos progresado y esperamos dar el siguiente paso con el W15. No será un camino lineal, pero cuando tropecemos, volveremos a levantarnos y seguiremos subiendo".