Pico y placa en Bogotá a carros matriculados fuera de la ciudad en 2026: hay rechazos a la medida
Así lo confirmó Carlos Fernando Galán, alcalde de Bogotá, y dijo que las jornadas irán de 6:00 a.m. a 9:00 p.m. igual que entre semana.
¿Cómo funcionará la restricción?
Los sábados en fecha par no podrán circular placas terminadas en 1, 2, 3, 4 y 5, mientras que para los sábados en fecha impar la restricción aplicará a 6, 7, 8, 9 y 0.
El recargo del pico y placa solidario será 50 % más alto para vehículos con matrícula externa. Quienes trasladen su vehículo a Bogotá quedarán exentos del nuevo esquema.
La Alcaldía argumenta que cerca del 30 % del parque automotor que rueda en la capital está matriculado en otros municipios, lo que implica -según sus cifras- una pérdida histórica acumulada de más de 1 billón de pesos en recaudo del impuesto vehicular desde 2012.
Una ola de críticas desde la región y el sector automotor
Aunque el Distrito defiende la medida como un mecanismo de equidad tributaria, el anuncio desató una fuerte reacción en contra desde municipios vecinos, gremios automotores, expertos en movilidad y ciudadanos.
Mandatarios y autoridades de Soacha, Chía, Funza, Mosquera y Cota acusaron a Bogotá de actuar ''de manera unilateral'', sin concertación metropolitana. Argumentan que miles de residentes dependen de Bogotá para trabajar, estudiar o recibir servicios de salud, y la nueva restricción les impone ''costos y limitaciones que la región no está en capacidad de absorber''. Además, advierten que la medida contradice el espíritu de la futura Región Metropolitana.
Gremios automotores preocupados por el impacto comercial
Asociaciones del sector expresaron que la decisión puede reducir las ventas de vehículos en la sabana, donde los impuestos son más económicos; crear ''restricciones artificiales'' a la libre circulación y convertir el pico y placa solidario en ''un mecanismo de recaudo con apariencia de política de movilidad''.
Concesionarios consultados señalan que muchos compradores optan por matricular en municipios cercanos para ahorrar en el impuesto vehicular; ahora deberán sumar el riesgo de restricciones adicionales y un recargo más alto.
Expertos en movilidad dicen que ''no soluciona la congestión''
Urbanistas, académicos y analistas califican la propuesta como una medida de bajo impacto real sobre el tráfico y advierten que podría tener efectos contrarios a los esperados, como aumentar la compra de segundos vehículos con matrícula bogotana, sobrecargar el transporte público un día que no fue diseñado para alta demanda (el sábado) y agravar la fragmentación normativa entre municipios. ''
Se está usando el pico y placa como herramienta fiscal, no de movilidad", explican varios expertos.
Ciudadanos: molestia y sensación de discriminación
En redes sociales, grupos de conductores de municipios aledaños califican la medida como ''clasista'' y ''castigo para quienes no pueden pagar un traspaso''. Muchos usuarios se quejan de que la ciudad estimula la matriculación en Bogotá a punta de sanciones, en lugar de mejorar el sistema de movilidad metropolitano.
Abogados advierten posibles demandas
Algunos juristas especializados en movilidad señalan que podrían presentarse acciones legales porque la medida sería una diferenciación económica por lugar de matrícula, difícil de justificar y puede afectar la libre circulación entre municipios. Podría carecer de proporcionalidad si no se demuestra un beneficio concreto para la movilidad de Bogotá.
Empresas y logística: un golpe a la operación sabatina
El sector logístico también manifestó preocupación. Los sábados concentran entregas, abastecimiento a comercio y transporte interno, por lo que la restricción para vehículos matriculados fuera de Bogotá representaría demoras, costos adicionales y pérdida de eficiencia.
¿Qué viene ahora?
El Distrito anunció que antes de iniciar la restricción habrá una fase pedagógica, controles progresivos y campañas para que los conductores se adapten al nuevo esquema. Sin embargo, la presión política regional podría complicar la implementación.
La medida, que busca aumentar el recaudo y ordenar la carga vehicular que llega desde la sabana, podría convertirse en uno de los debates más tensionantes entre Bogotá y los municipios vecinos en 2026.