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Carro eléctrico puro o híbrido: ¿Cuál es la mejor opción?
Carro eléctrico puro o híbrido: ¿Cuál es la mejor opción?
   dic 10 /2025 02:28 GMT
 Bogotá, Colombia
 Freepik

Por: Henry Barreto
Redactor AUTOS F1LATAM
La transición energética ya es una realidad palpable en las vitrinas. La elección entre un vehículo 100% eléctrico (EV) y uno híbrido (HEV/PHEV/REEV) es la decisión más importante para el conductor actual.

Esa decisión define la inversión inicial, el costo operativo y la libertad de movimiento. La respuesta correcta no es universal.


La batalla por la movilidad sostenible

El mercado automotor está dividido entre dos grandes tecnologías que buscan la eficiencia y la reducción de emisiones: el vehículo 100% eléctrico (EV) y sus variantes híbridas (convencional o enchufable). Ambas ofrecen grandes beneficios, desde exenciones de impuestos hasta la reducción del Pico y Placa, pero cada una se ajusta a un perfil de conductor muy distinto.

La clave de la decisión reside en dos factores: la infraestructura de carga disponible y, sobre todo, las rutinas de manejo del usuario.

El eléctrico puro (EV): Máximo ahorro y máximo compromiso

El vehículo eléctrico puro es la opción de máxima sostenibilidad, operando exclusivamente con una batería y ofreciendo cero emisiones directas. Sus beneficios económicos a largo plazo son innegables: el costo por kilómetro es hasta cinco veces más bajo que la gasolina, y su mantenimiento es mínimo, pues no requiere aceites, filtros ni sistemas de escape complejos.


Sin embargo, el EV exige un compromiso. El precio de compra inicial es el más alto de las tres categorías. Además, aunque la autonomía promedio actual es robusta (entre 350 a 500 kilómetros), la dependencia de la red de carga pública puede generar ansiedad de autonomía en viajes largos. Por esta razón, el EV es ideal para personas que realizan trayectos urbanos fijos y, sobre todo, que pueden instalar un punto de carga seguro en su hogar o lugar de trabajo, disfrutando del confort de "cargar en casa" cada noche.

La opción híbrida: El puente de transición

Los vehículos híbridos combinan un motor de gasolina con uno o más motores eléctricos y una batería. Son el puente perfecto para aquellos que aún tienen dudas sobre la infraestructura eléctrica nacional o que viajan constantemente fuera de la ciudad.


Híbrido convencional (HEV)

El HEV es el más popular. En este caso, el motor eléctrico solo funciona como asistente y la batería se recarga automáticamente con la frenada (regeneración) o con el motor de gasolina.

Su gran ventaja es que no requiere enchufarse jamás, y el ahorro de combustible se dispara en el tráfico urbano denso, donde puede llegar a circular hasta un 40% del tiempo en modo eléctrico a baja velocidad.

Su desventaja es que, en carretera a velocidad constante, el ahorro se reduce drásticamente y sigue requiriendo el mantenimiento periódico del motor de combustión.


Híbrido enchufable (PHEV)

El PHEV busca combinar lo mejor de ambos mundos. Tiene una batería más grande que se carga enchufándola, lo que permite recorrer entre 40 a 80 km en modo 100% eléctrico antes de que arranque el motor de gasolina. Esto significa que el conductor puede hacer su rutina diaria de ida y vuelta al trabajo en modo cero emisiones.

Para viajes largos, el motor de gasolina elimina cualquier ansiedad de autonomía. Su desventaja es el peso y su precio, que es significativamente superior al HEV y, en ocasiones, se acerca al de un VE puro.


Híbrido enchufable de rango extendido (REEV)

Esta variante dentro del sistema de hibridación convencional viene tomando mucha fuerza. Si bien no está presente en la gama de las marcas tradicionales, si lo hace en otras que decidieron tener una alternativa más eficiente, despertando gran interés.

''REEV'' Range Extended Electric Vehicle (Vehículo Eléctrico de Autonomía Extendida), se refiere principalmente a la tecnología donde un motor eléctrico impulsa las ruedas, mientras el pequeño motor de gasolina funciona solo como generador para cargar la batería. Por ningún motivo el motor a combustión impulsará el vehículo.


En pocas palabras su funcionamiento se asemeja al de un vehículo eléctrico, solo que no debe conectarse y elimina automáticamente la típica ''ansiedad de carga''.

La decisión crucial: Defina su rutina, no su deseo

Para tomar la decisión correcta, el conductor debe ser honesto sobre sus hábitos de movilidad.

¿Depende de la carga en casa? Si la respuesta es no (vive en un apartamento sin garaje privado o punto de carga), el EV puro es, por ahora, una inversión arriesgada. Un HEV, PHEV o REEV le dará tranquilidad.


¿Viajes largos o rutina urbana? Si el vehículo está destinado principalmente a la ciudad y el trayecto es predecible, el EV puro ofrece el mayor beneficio económico. Si viaja más de 400 kilómetros con regularidad y a zonas sin electrolineras, el HEV, PHEV o REEV le da la versatilidad de la gasolina como respaldo.

Prioridad en el ahorro: Si la meta es el menor costo operativo a largo plazo y la máxima sostenibilidad, el EV puro gana. Si la meta es la tranquilidad en cualquier ruta con un ahorro notable, el HEV, PHEV o REEV es la transición más cómoda.

En última instancia, mientras que los híbridos dominan hoy como el puente, el futuro apunta de manera inevitable al vehículo 100% eléctrico.

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