Articulo tomado de la revista Motor de El Tiempo, en la pagina encontraran este articulo asi como unas fotos del auto.
http://motor.terra.com.co/noticias_precios/noticias/autos_especiales/autos_especiales3/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_MOTORV2-2812979.html
José Clopatofsky
El último carro de Maranello tiene un motor de 12 cilindros, 6 litros, 620 caballos, acelera de 0 a 200 en 11 segundos y alcanza los 330 kph. La caja pasa los cambios en 100 milisegundos y los amortiguadores cambian constantemente de ajuste gracias a un aceite que se modifica magnéticamente. Un compendio de tecnología de la F1 al alcance del uso diario.
Por primera vez, un motor de producción en serie ofrece más de 100 caballos de potencia por cada 1.000 c.c. de cilindrada. Semejante cifra tiene que llegar forzosamente del motorista más renombrado del mundo, Ferrari, que acaba de presentar su última creación, llamada 599 GTB Fiorano, dotada de una colosal máquina de 12 cilindros en V, que desplaza 5.999 c.c. y genera 620 caballos de potencia.
El 599 GTB Fiorano explica sus apellidos así: 599, alusivo a la cilindrada. GT, por ser un Gran Turismo, éste sí con todo el significado y peso de la palabra de un auto de pasajeros de elevadísimos rendimientos. B, significa Berlinetta, es decir, carrocería cerrada (los S son los Spider o convertibles) y Fiorano, el nombre de la finca donde se construyó y funciona la pista de pruebas de la marca, que queda dentro de las propias calles de la localidad de Maranello, legendaria sede de la Ferrari.
Los Ferrari de producción están divididos en dos familias. Los de 12 cilindros y motor delantero, como éste 599 y el 612 Scaglietti, que son la arquitectura tradicional de los famosos carros de los años 60. Y los de 8 en V, motor central, como el reciente F 430.
Este 599 reemplaza al 575 Maranello (últimamente Ferrari está homenajeando con los nombres de los carros a sus carroceros y sedes) que databa de 1996 (nació como 550) y del cual se hicieron nada menos que 5.700 unidades, una cifra “escandalosa” para la exclusividad de la firma. Pero hoy es otra cosa, muy diferente de cuando el Commendattore Enzo Ferrari dijo que si hacía “más de 4.000 carros por año, ya no serían Ferrari”. En el 2005, salieron de la planta de Maranello 5.400 unidades, un número nunca visto para “popularizar” la exquisita genealogía amarilla. (Recuerden, el color de Ferrari es amarillo; rojo es del Italia).
Entrando en materia, dicen en Ferrari que el 599 acelera de 0 a 100 kilómetros por hora en míseros 3.7 segundos y alcanza una velocidad máxima de 330 kilómetros por hora. Esto es mucho más de lo que ofrecía en su momento el F40, considerado como una de las bestias más agresivas salidas de Ferrari y que se vendía como un auto de carreras, ocasionalmente utilizable en la calle.
En el 2006, el 599 es un automóvil para todos los días y debe ser un placer oír acelerar ese motor, cuyo sonido se ha colocado en el máximo reglamentario para que la música de 12 cilindros a 7.600 revoluciones autorizadas en el tacómetro -para crucero- sea el mejor equipo de sonido que se pueda ofrecer. El tripaje de la máquina ofrece 4 ejes de levas de posición variable en admisión y escape, 48 válvulas, clutch de baja inercia con dos discos para manejar la enorme dosis de torque, 608 Nm a 5.600 rpm. Las 8.400 revoluciones máximas que da el motor son, hasta el momento, la cifra de rotación más elevada de que se tenga noticia para un motor de ese desplazamiento.
La caja de velocidades es otra joya tecnológica, derivada de los mecanismos que se usan en la Fórmula 1. Ferrari describe en su informe a la prensa que se trata de “una pieza de alto rendimiento que usa la energía elástica con los componentes de la transmisión, integrada con el manejo electrónico del motor y la caja para hacer más rápidos los cambios de marcha”. (?). Complicado el tema en el papel, si les agrego que ya no se trata de un sistema secuencial sino implementado en paralelo!
Lo que importa es lo que sucede en la práctica: con sólo pulsar el mando en el timón, la caja cambia de marchas en apenas ¡100 milisegundos! Tiene 6 cambios hacia delante. El piloto puede escoger entre un sistema manual de arrancada o el automático de disparo o lanzamiento, como el que usaron hace dos años los F1.
Forzosamente, una máquina de este tipo necesita controles de tracción, ABS y toda la electrónica posible aplicable a las ayudas de conducción, aun para un piloto profesional porque administrar toda esa potencia es algo sumamente delicado, que sobrepasa la sensibilidad del individuo con el acelerador o los frenos de carbono, mucho más violentos que la máquina.
Pero si toda esa descripción sonó ya fuera de la terminología manejable y entendible para los cristianos del mundo diario del automóvil, lo que hay en las suspensiones es todavía más complejo.
Ferrari tiene ahora un sistema magnetorehológico (ni idea si queda bien traducido, pero en inglés se dice Magnetorheological) que me parece, es un principio que sí va a generar muchísimos cambios en el comportamiento de todos los carros en un futuro, cuando la tecnología esté al alcance de los mortales. Hasta ahora la dureza y modificaciones de las suspensiones, bien fueran activadas por informaciones mecánicas o electrónicas (suspensión activa y controles de estabilidad) se basaban en sistemas oleodinámicos, en los cuales se regulaban los desplazamientos y presiones del aceite hidráulico dentro de sus sistemas.
El magnetoreológico es interesantísimo ya que funciona modificando de manera instantánea, según lo ordenen el computador del carro y los controles de tracción, la viscosidad del aceite de los amortiguadores aplicándole al líquido un campo magnético controlado electrónicamente. O sea que la suspensión se va ajustando de manera infinita según la carretera, velocidad, adherencia, velocidad relativa de las ruedas entre sí, frenado, patinado del carro con relación al ángulo de giro de las llantas y hasta decisiones predictivas tomadas de antemano por el computador sobre probables peligros o situaciones que comprometan el agarre del carro.
El F599 pesa 1.6 toneladas, nada liviano a pesar de que todo el chasís y la mayoría de la carrocería son de aluminio. Está apoyado en llantas 245/40 x 19 adelante y 305/35 x 20 pulgadas atrás, que garantizan el agarre necesario para un pique a fondo en el cual llega a 200 kph en 11 segundos.
Las entregas del 599 ya están copadas en el corto plazo a pesar de que su precio está por encima de los 200 mil dólares que en la plaza colombiana pueden ser, impuestos a bordo, unos 880 millones de pesos. Dejémoslo ahí, porque lo grave es que el próximo Ferrari ¡será mejor!