Este cuarentón todoterreno fue creado a mediados de los años setenta -y su producción arrancó exactamente en 1977- por la compañía AvtoVAZ, pero en nuestro país y otros varios mercados occidentales fue comercializado bajo la firma Lada.


Gracias a sus prestaciones, a su bajo costo de mantenimiento y a una óptima firmeza estructural, el modelo se ha mantenido a nivel mundial por alrededor de cuatro décadas sin recibir cambios relevantes en su conjunto, lo que desde el principio no restó la preferencia de la gente que lo veía como el campero ideal. No en vano recibió globalmente apelaciones como 'el tanque ruso' o el 'Range Rover del pueblo', debiendo esta última a su configuración de motricidad en las cuatro ruedas y a los resortes helicoidales que montaba en lugar de ballestas, con un esquema de suspensión independiente en el eje delantero y un eje rígido detrás, que garantiza la perpendicularidad de las ruedas traseras al suelo y el paralelismo entre ambas.


Cuando fue lanzado, el Niva tenía una carrocería monocasco de tres puertas, montada sobre un chasis desarrollado por Lada, al igual que las suspensiones. Su mecánica era proveniente de Fiat, con un motor central de 1.6 litros que desarrollaba 72 caballos de potencia y entregaba 126 Nm de torque; sistema de tracción integral y bloqueo manual del diferencial central. Robada con una caja de cambios manual de cuatro velocidades, la cual aumentó una marcha luego de más de una década en el mercado.

Con esa máquina, el Lada Niva ofrecía una velocidad tope de 130 kilómetros por hora y su capacidad de remolque era similar a la de un camión pequeño, pues podía halar casi 900 kilos. En cuanto a su cabina, ofrecía espacio para cinco pasajeros y se resaltaba por no separar la zona de carga del habitáculo, dejando ver todo lo que se transportaba en esa área correspondiente al maletero. A ese lugar solían los propietarios de Niva trasladar la llanta de repuesto, ya que originalmente venía alojada bajo el capó.


El tablero de instrumentos, por su parte, era muy básico, con un velocímetro, un tacómetro, indicador de temperatura y un manómetro de presión de aceite. En 1994, a nivel mundial, se cambió ese tablero original de Fiat y se puso en su lugar uno parecido al del Lada Samara. Junto a este cambio se sumó el tapizado distinto y se mejoraron los asientos delanteros. Un detalle que distinguió al Niva era que la guantera se abría diferente a todas, llevando la tapa hacia arriba. En su momento, era el único carro de procedencia rusa que usaba materiales plásticos en el tablero.


Si bien montaba unas delgadas y altas ruedas de medidas 175/80/R16, montadas en rines de hierro, con las que podía sortear fácilmente caminos de barro o charcos, en algunas regiones ofrecían de manera opcional rines de 15 pulgadas y llantas de anchura mayor, más específicas para el asfalto.


Entre las cosas que menos gustaban era el acceso a la zona de carga a través del portón trasero, el cual era muy alto. Solo hasta 1994 se corrigió eso y fue cuando se cambió el diseño de las luces de la zaga y se amplió el tamaño de la puerta. Ese mismo año, el motor aumentó su cilindrada a 1.7 litros y estrenó inyección electrónica monopunto licenciada por General Motors, subiendo a 80 caballos de potencia y optimizando el consumo de combustible considerablemente.

Datos

Aunque el Niva aún se produce en Rusia, a Colombia no lo volvieron a traer hace más de veinte años ya que no hubo más una marca que asumiera su representación nacional ni que asegurara el respectivo stock de repuestos para el modelo.


Si bien la palabra Niva significa 'campos de trigo' en ruso, el campero recibió este apelativo haciendo referencia a las abreviaciones de los nombres de los hijos de dos de los ingenieros que desarrollaron el carro.