Después de seis temporadas colaborando juntos, Michelin se ha despedido de la F1 y de su socio, el Renault F1 Team. Una sólida unión llena de éxitos. ¿El secreto? La confianza.

Mientras el cielo se oscurecía en el circuito de Interlagos en São Paulo hace dos semanas, los hombres y mujeres de Michelin abandonaban el paddock por última vez con un sentimiento agridulce de felicidad y a la vez tristeza. El doble campeonato mundial conquistado por el Renault F1 Team, demostraba que las cosas se habían hecho bien, el objetivo estaba cumplido para el equipo de Clermont-Ferrand. Un último testimonio de una relación ejemplar. Seis años trabajando juntos, colaborando estrechamente y compartiendo métodos de trabajo. Una relación estrecha, real, exitosa, basada sobre todo en la mutua confianza, y llena de triunfos por todo el mundo.

"El deporte de motor forma parte de la cultura de Michelin. La relación que existe entre nuestras dos Compañías es ejemplar", explicaba el Director Ejecutivo de Ingeniería del Renault F1 Team, Pat Symonds. "Michelin tiene un profundo conocimiento y una gran experiencia tanto con neumáticos de competición como con los de carreras. Con el tiempo, hemos conseguido construir una relación muy sólida entre nuestras organizaciones".

Del 2001 al 2006, los dos socios irrumpieron juntos en el mundo de la F1, mejorando los resultados año tras año. Después de terminar cuartos en el campeonato de constructores durante dos años consecutivos (en 2002 y en 2003), fueron terceros en 2004, y por fin, en 2005 el sueño se hizo realidad y el Renault F1 Team y Michelin conquistaron juntos el doble campeonato mundial.

¿La clave del éxito? "En mi opinión han sido tres etapas", explicaba el Director de Michelin F1, Nick Shorrock. "Desarrollo, explotación y cualidades humanas. Lo primero que tuvimos que conseguir fue comprender las características dinámicas de un auto en particular, para después desarrollar los mejores neumáticos que pudieran adaptarse a él. Una vez que fabricados los neumáticos, tuvimos que probarlos de una manera muy rigurosa y metódica, para elegir los más óptimos. Después de eso, la calidad de la comunicación es lo que de verdad marca la diferencia".

Después de este dramático éxito en 2005 y tan solo tres años después del retorno de Renault al nivel más alto del deporte del motor, los dos socios se enfrentaron juntos a un nuevo reto: revalidar los títulos en 2006. En una temporada donde los neumáticos fueron muchas veces el factor decisivo, el fabricante francés nunca se rindió y lo dio todo hasta la última carrera. En Brasil, Bibendum celebró un éxito histórico con nostalgia, mientras los hombres y mujeres de Michelin abandonaban el paddock por última vez… ¡Muchas gracias Michelin!