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http://www.motor.com.co/noticias_precios/revista_motor/13defebrerode2008/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_MOTORV2-3775912.html
Después de 37 carreras de la Copa Nextel -ahora Sprint- y una buena dosis de competencias de apoyo en su aprendizaje en la serie B de la Busch -este año Nationwide Series- Juan Pablo Montoya acomete su segunda temporada completa en la más popular y compleja categoría del automovilismo de los Estados Unidos. Juan Pablo ya es un hombre Nascar. Su pasado en la Fórmula 1 ya es historia y ahora enfrenta la nueva temporada sin tantos reflectores encima y con logros concretos en su haber como una victoria en la pista rutera de Sonoma en la Nextel y otra en México en la Busch.
Ambos resultados esperados porque se trataba de circuitos clásicos pero probablemente no tan valiosos como el segundo lugar en Indianápolis, una auténtica clásica de óvalo y distancia, donde el peso específico de un piloto de este nivel se transvasa a las básculas de la Nascar donde los kilos se ven de otra manera que en la F1.
Bien decía Montoya en entrevistas previas a su nueva temporada que la Nascar es algo muy cambiante y de un día para otro se pasa de la cola a la punta y viceversa, por no decirlo que en una misma carrera se pueden conocer ambas puntas del pelotón.
A diferencia de la F1, donde todo el ordenamiento de las clasificaciones implica el 80 o 90% el resultado de la carrera y en la cual los carros superiores son ampliamente conocidos a priori, en los óvalos americanos y a lo largo de sus interminables pruebas, la carrera dista mucho de ser una procesión ordenada y predecible. El tráfico no es una fila sino un montón.
Las carambolas en los accidentes, una lotería. La succión y la astucia para colocar el carro en el buen túnel, son una oculta y cambiante ciencia que se maneja a varias manos y voces porque al piloto le van cantando por radio todas las maniobras. Los errores no tienen remedio porque generalmente es el muro el que los sanciona y las ventajas son tan efímeras como numerosas las banderas amarillas que reciclan la carrera con la frecuencia necesaria para que la teleaudiencia no cabecee.
O sea, metido en esa maraña de complicaciones, el piloto tiene mucho en qué pensar, demasiadas cosas para resolver a 350 por hora y pocas opciones de avanzar si el carro no camina porque van siempre con el acelerador en el piso.
Montoya decía hace poco que es imposible hacer más de lo que el carro puede y éste tiene sus momentos brillantes aleatorios con los malos, sin explicaciones a bordo. Uno nunca puede decir que en la vida, en el deporte y en las carreras se sabe todo, pero sí es claro que Juan Pablo ya conoce lo suficiente de su nueva categoría como para cerrar la cartilla del principiante.
Ya tiene todas las millas necesarias para dejar en su casa el título del novato del año y salir a pelear, como mínimo, la entrada con los finalistas de la 'chase' y apuntarle a ganar en un óvalo, que es donde un piloto Nascar es un verdadero Nascar.
El aprendizaje terminó aunque confiesa que todavía le falta mucho por resolver en los ajustes del auto en carrera. Como se sabe, en cada parada pueden modificar muchos parámetros del carro y que no necesariamente sirven para toda la distancia y es ahí donde confiesa que aún tiene baches. ¿Es el Dodge la herramienta para ganar? En el papel, no. Pero hasta el momento. Los Chevrolet están por delante muy lejos en las cifras finales de victorias y resultados. Han ganado 27 veces el campeonato contra 14 de la Ford y 2 de Dodge.
¿Es Ganassi el equipo? Con solo seis triunfos en la categoría superior a lo largo de nueve temporadas, que no son menos de 300 carreras, la escuadra de Chip no tiene en Nascar historiales tan afamados como los que ha hecho en la Indycar o en las carreras de prototipos de la Copa Rolex. El bajo resultado en Nascar va de la mano con la marca de autos que maneja ya que otros equipos tampoco han conseguido mejores cosas con el mismo material.
En Nascar, básicamente todos los carros tienen los mismos chasises, llantas, suspensiones, cajas y transmisiones. Cambian los motores que cada marca aporta y la forma de los automóviles que, con esa masa y a más de 320 por hora, cobra una enorme
incidencia en su rendimiento por la penetración y capacidad de generar apoyo contra el piso.
De ahí en adelante, casi todo es taller. Hay carros más cortos para ciertas pistas, más rígidos para otras, configuraciones totalmente diferentes para las pocas oportunidades en que las ruedas giran hacia la derecha en pistas ruteras, a tal punto que por cada piloto hay por lo menos una docena de chasises diferentes para irlos alternando. Desde ahí empieza elcomplejo proceso de puesta a punto de cada prueba, que resulta más enredado por la abundancia de carreras, casi semanal, que obliga a tener siempre en proceso un nuevo grupo de autos para cada domingo mientras los otros se reparan.
Esa compleja logística es parte del juego. No por la capacidad de sostenerla porque se descuenta que todos los equipos tienen más plata de la necesaria para este juego, sino por la previsión y trabajo de mesa que se debe hacer ya que cuando se llega a las pistas desde el jueves, hay actividad y poca opción de remediar errores. Como también puede ser muy volátil un buen resultado de ensayos cuando hay esa jauría detrás del mismo puesto.
Todo viene a que Montoya brillará en la proporción en que tenga carro, si se piensa meter en las finales que sería su resultado mínimo para salvar el año. Y no es solamente carro para ir en la succión de los grandes, sino que se necesitan máquinas que marquen diferencia porque los remates de carrera en montonera son más una lotería que un resultado. Y las hay, como podemos ver por los resultados de Jimmy Johnson, el campeón actual, que ganó 10 y Jeff Gordon, 6, que es casi el 50% del botín del año.
Ahora bien, Juan ya no es el único imán mediático de la serie. Para bien o para mal, aunque él no es un piloto a quien las presiones de la prensa molesten. Más bien, anda lejos de eso. Pero este año ingresan tres compañeros de su escuela de monoplazas: Villeneuve, Franchitti -en el carro vecino- y Sam Hornish. Salvo porque se reparten las noticias, esto no tendría incidencia de no ser porque Franchitti en el equipo de Ganassi está en el mismo proceso de aprendizaje del modelo Montoya 2007. Y esto puede ser complicado en el sentido de que será un piloto que no aporta información para el desarrollo del carro porque está en el proceso de adquirirla y, de paso, distrae muchos esfuerzos del equipo para nivelarlo si es que de verdad eso es tan complicado como lo pintaron con Montoya.
¿Qué podemos esperar de Montoya? Nascar es impredecible pero sí calibrable. Por eso, las expectativas son que se meta en la lista del 'chase' y ahí arañe posiciones. En ese proceso podría ganar carreras en óvalo pero claramente no tiene un favoritismo para el título. Por material, no por falta de condiciones porque está más que probado que cuando hay que manejar un carro con todos sus órganos y en circuitos donde el pilotaje cuenta más que el motor, Juan Pablo está intacto y superior. Así se vio en los circuitos ruteros de Nascar y en dos 24 Horas de Daytona que ganó con su solvencia habitual.
Por eso sigo pensando que es una lástima ver su talento desaprovechado en este escenario. Y probablemente minimizado por un material poco competitivo. En ese orden de cosas, lo mejor que nos podría suceder es que esta apreciación esté plenamente equivocada. Ojalá Chip y su gente se hayan encargado de diluir todas esas dudas durante este invierno.
Cambios en las reglas
Por razones de seguridad, se hicieron dos ajustes a sus reglas de boxes para las tres series o campeonatos que son la Copa Sprint, la Serie Nationwide y la Serie Craftsman de camionetas.
● Nascar celebra su 60 aniversario este año. En primer lugar, los equipos de mecánicos no tendrán permitido empujar el auto más allá de tres lugares de su área de servicio. Hasta la temporada anterior el carro podía ser empujado por toda la calle de boxes. En caso de que el auto esté apagado por fuera de este límite deberá entrar a su pit, por detrás de esta calle, para que se le pueda solucionar el problema.
Dentro de esta misma regla quedó estipulado que los autos no pueden recibir asistencia luego de que la bandera blanca haya sido mostrada, con excepción de los que están realizando sus paradas respectivas.
● La segunda novedad es que las llantas que hayan sido removidas de un vehículo durante una parada ya no podrán ser arrojadas hacia el muro de boxes sino que deberán ser entregadas en manos del personal que se encuentra detrás del mismo. Hasta la temporada anterior las llantas eran lanzadas contra el muro antes de ser guardadas dentro del pit. Si no se obedece esta regla se realizará una penalización