por riquii » Jue Dic 09, 2004 9:19 am
Cada vez resulta más complicado ser conductor, al menos en España. A los gastos típicos y ya asumidos de seguro, permiso de circulación, ITV, reparaciones y mantenimiento, garage, aparcamiento ocasional, peajes, combustible, etc., hay que ir añadiendo cada vez más gastos adicionales y en cierta medida, atípicos. Que si los triángulos de emergencia, que si el chaleco de seguridad, que si patatín, que si patatán, y lo que se avecina con el nuevo código.
Copio un breve artículo que leí en la revista Car&Driver.
El defensor del conductor
Juan Luis Soto. Jefe de Producto, (revista CAR&DRIVER).
Donde se hace la ley se hace el "negociete"
Al aplicar sanciones por vía penal a los infractores de las normas de tráfico, éstos pueden verse privados de su permiso de conducir vehículos. Hasta ahí, las drásticas medidas tienen su justificación por la creciente preocupación en cuanto a la seguridad en carretera. Pero la privación de esa licencia conlleva además una serie de gastos, multas aparte, generados por cursillos de reciclaje al volante o incluso nuevas clases y matrículas para la reobtención del carné.
Carné, por otro lado, un tanto devaluado si tenemos en cuenta las miles de convalidaciones de sospechosas licencias extracomunitarias que se están concediendo cada día.
Pero lo que es muy injusto son esas cargas económicas derivadas de las nuevas aplicaciones legales. Por ejemplo, un reo condenado en prisión por delitos mucho más graves, tiene acceso gratuito a multitud de actividades, estudios y carreras universitarias y, que además, redimen sustancialmente su pena.
Como viene siendo habitual, el conductor es exprimido sin piedad, incluso en la desgracia de verse privado de su derecho a conducir. Eso sí, generando a su costa cada vez más negocios particulares.