por Ruth » Jue Ago 28, 2008 10:23 am
Bueno, aquí estamos de vuelta.
Ya no tenemos a la peque en casa. El fin de semana, cuando fuimos a Alicante, se puso malita con una infección en el ojo, después de llevarla varias veces al veterinario y curarla el ojito todavía cerrado cada cuatro horas, salió de la infección.
El lunes, ya en Madrid, la llevé a la veterinaria que la veía asiduamente y la gatita estaba perfecta, tenía un brillo en el pelo, el ojito curado, el ombliguito curado, que también se le había infectado y todo de maravilla.
Por la noche, la noté algo decaída, la di el bibe y no lo tomaba como lo hacia normalmente, nos acostamos, ella se quedó dormidita en mi bracito y muy tranquilita.
Por la mañana, cuando llegué a la ofi, le comenté a mi compañera que estaba un poco rara, como decaída. Fui un momentito a la farmacia porque me había dejado sus gotas para curarla el ojo en la nevera de casa y cuando volví me puse a curarla y no se movia ni le molestaba que le echara las gotitas en el ojito ya abierto. No lo veía normal y nos fuimos corriendo al veterinario, pensé en un momento en ir a alguno cerca del trabajo pero decidí mejor ir al de al lado de casa que ya la conocían.
Por el camino la iba dando masajitos, besitos, pidiéndola que resistiera, que ya había pasado mucho y tenía que seguir adelante.
Llegamos al veterinario y la metieron en urgencias, tenía un cólico y tan pequeñita era muy difícil sacarla adelante pero se pusieron manos a la obra con ella, la pincharon unos antibióticos para que se le pasara el dolor y nos metieron en una salita para que, mientras le hacía efecto los antibióticos, yo la acariciaba y la tranquilizaba, le daba cariño y ella, casi sin fuerzas, me daba besitos en las manos y claro, y no podía parar de llorar y que por favor se pusiera bien.
Desde las dos de la tarde que llegamos, ya eran las cuatro, me dijeron que me fuera a comer al bar de al lado que ellas se quedaban con la gatita pero no, no me quería separar de ella, no podía dejar de darla besitos y pedir que se pusiera bien.
A las seis menos cuarto, ya no tenía fuerzas, la oscultaron y el corazón le iba muy despacito, me la puse al lado de mi corazón, para que me sintiera, para darle fuerzas, ella me respondía con sus besitos sin fuerza alguna. La metieron en otra sala para darle oxígeno porque se nos iba.
Desde la puerta miraba a Ana y a Paula, las veterinarias, Ana me miró y negó con la cabeza, yo ahí rompí a llorar aún más pero seguían intentando reanimarla, ahora negó con la cabeza a Paula y salieron las dos. Ana me abrazó y nos pusimos las dos a llorar, se nos había ido luchando tanto nosotras como la cachorro, todavía neonato que no llegaba ni a ser bebé, había intentado vivir pero era muy difícil ya que no había probado la leche de la madre que es la que le proporciona todas las defensas, mi gatita no tenía absolutamente ninguna defensa.
Se quedó dormidita y se le paró el corazón, parecía que estaba durmiendo, y así estaba pero para no volver a despertar.
Han sido once días, los once días que ha durado su vida los que ha pasado con ella, 24 horas al día, sin dejarla ni un momento, dándole su comida cada vez que se despertaba, curándola el ojito cada cuatro horas tanto por el día como por la noche y quizá mucha gente no lo entienda, como te puede afectar tánto la pérdida de un animal con el que sólo has convivido once días.
Siempre he tenido animales, perros, gatos nunca había tenido, he sentido mucho la pérdida de los perros que han vivido muchos años conmigo, les he visto tener cachorros, he pasado muchos años con ellos y sin embargo, con la Baby (así la llamaban las veterinarias) han sido once días contra reloj, intentando que saliera adelante, una tarea que no paraban de repetirme que era muy difícil y yo era consciente pero ya tenía muchas esperanzas, estaba perfecta, iba evolucionando de maravilla, se la veía llena de vida y en unas horas….
Es difícil entender cuando no tienes animales, cuando no te gustan mucho los animales, está claro que la vida de un animal no es comparable con la de un ser humano pero el dolor que sentimos los que perdemos un animal es muy grande y con la Baby… me decían que era casi imposible, que si al menos hubiera estado un par de días con la madre y hubiera cogido un poco de defensas, pero yo pensaba que el pequeño porcentaje de probabilidades de que saliera adelante, estaría ella dentro de ese porcentaje, estaba completamente segura porque la veía tan bien que no pensaba que en tan sólo unas horas se me fuera pero así fue…
Por la noche nos llamaron las veterinarias, yo seguía llorando como una magdalena y me dijo que nos acercaramos a la clínica si queríamos animarnos un poco.
Cuando llegamos, estaban Ana y Paula en el suelo con un gatito blanco y canela de un mes en el suelo. Cuando abrí la puerta lo cogí y empecé a llorar. Me dijeron que nunca les habían llevado un gato al veterinario y que parecía cosa del destino que, justo hoy, les llegara un gatito buscando una familia y que habían pensado que ese gato era para nosotros pero que nos lo darían en unos días que le desparasitaran y miraran que estaba bien.
Ayer fuimos a verle y estuvimos un ratito con él, no es mi Baby pero también necesita mucho amor y si ha llegado ahí en ese momento es porque tengo que tenerle yo, de eso estoy segura. Mirando a este gatito, que hemos pensado en ponerle Schumi o Kimi, ya que se le encontraron debajo de un coche, con tán sólo un mes, me di cuenta de lo pequeña que era mi gatita, me cabía en una mano y sobraba mano por todos los lados y este le veía tan grande, ya esta formadito completamente.
Hay que joderse, como me puede estar perjudicando tanto el haber perdido a la peque, no he ido a Valencia que nos habían invitado hasta a una fiesta en un barco, no he visto a casi ningún colega de Alicante por no dejar solita a la gatita cuando he estado allí, no hemos salido a ningún sitio para estar todo el tiempo con la gata, porque era tan pequeña que tenías que estar las 24 h con ella porque cuando no la tenías que dar de comer, la tenías que estimular para que hiciera sus cositas o la tenías que curar el ombliguito, o la tenías que curar el ojito, todo el día con la gatita en el cuello, en el pecho, en la cama, las 24 h que para, quien no la había visto lo pequeña que era, le parecería una exageración o para quien no entienda el cariño que te da un animalito por pequeño que sea.
En mis pensamientos no estaba tener todavía un animal, ya que trabajo muy lejos de casa y siempre he tenido perros pero aquí en Madrid trabajaba muy lejos para que estuviera el perro todo el día solo aunque tenga sitio suficiente pero no me gusta que se tiren todo el día solos pero la gatita llegó de pronto y el nuevo gatito también ha llegado de repente y ellos, cuando son más mayores, claro, si que son más independientes.
Bueno, iba a escribiros algo corto y al final me he enrollado muchísimo y he acortado un montón estos once días.
Quizá os pareceré muy exagerada pero, de verdad, que es para haberlo vivido. Antes de ayer, deseé no habérmela encontrado pero Ana, la veterinaria, me dio una lección, si no me la hubiese encontrado, la peque habría muerto al lado de un contenedor casi como un esqueleto como sus hermanos y sin embargo ha estado once días con calorcito, con cariño y ha muerto como un angelito, ya se, que algunos pensarán “sólo era un gato”, si, pero era mi gato.
Hay muchísimas desgracias más fuertes en esta vida, como recientemente la tragedia que ha ocurrido, no es comparable ni de lejos, soy totalmente consciente y pienso, yo así por una gata y todas las familias que están totalmente destrozadas y me siento culpable porque ellas verdaderamente lo han perdido todo y por desgrácia, pasan cosas de esas cada día, aprovecho para dar mi apoyo a todas esas familias que les va ha ser muy difícil salir adelante y necesitarán muchísimas fuerzas como todos aquellos que hemos perdido algún familiar o algún amigo.
Un saludo!