Rafael Nadal muestra una pureza que le pone por encima de Federer
“Rafa Nadal se tira al suelo celebrando su segunda victoria en Wimbledon. Pero fue más un rito que algo real. La gran celebración tuvo lugar el viernes por la noche cuando se desplomó y dio unas patadas de triunfo después de vencer a Andy Murray. En el fondo él sabía que había conseguido su octavo título de Grand Slam.
Por lo general, la gente proclama “es el más grande” cuando están inmersos en el tiempo extra tras un partido épico, pero es una cuestión más profunda después de un anticlimax como éste. Ayer la final se situó en tierras oscuras de grandeza porque Nadal era demasiado bueno para Tomas Berdych. ¿Es ahora el mejor tenista de todos los tiempos?
Los federistas graznan de incredulidad y señalan que su hombre tiene 16 títulos de Grand Slam, el doble que Nadal. Es estadísticamente irrebatible, pero Roger Federer venció en ellos a una larga lista de “no-quiters”, de jugadores acabados o jóvenes novatos en un examen final. Repasen la historia si no me creen. Lo único dorado de la era Federer fue esa atrocidad en forma de número 15 que llevaba bordado con suficiencia en su chandal tras su último triunfo en Wimbledon.
Gracias a dios no sufrimos ayer esa clase de almíbar por parte de Nadal. El español podrá tener más tics que un caballo sarnoso, pero sabe comportarse en la victoria y en la derrota. Incluso se tomó la molestia de agradecer a la multitud que llenaba la pista central “el increíble respeto” que le mostró durante su victorioso match de semifinales con Murray. Todavía en el momento del triunfo final seguía pensando en ese partido.
Lo único increíble en esa final fue la elevación y la acometida de Nadal en los puntos importantes. El español tiene una mente de acero forjado en Toledo. Tal vez Donald Bradman (leyenda australiana de cricket) fuera todavía más impertérrito, más implacable que Nadal, pero esa sería una carrera muy ajustada.
Nadal salvó el primer punto de rotura al que se enfrentó con un gran servicio y un colosal golpe de derecha, pero el segundo fue borrado con un corazón de frío cálculo. Nadal puso un segundo saque a tan sólo 93 millas por hora con un spin y precisión tales que se fue lejos de la escarbada raqueta de Berdych. El checo debió sentirse como si le hubieran arrojado al río Moldava.
Es la pureza de pensamiento en los momentos decisivos lo que le da ventaja a Nadal sobre Federer en la votación. Es el cerebro contra el cuerpo. Es Fangio contra su Ferrari. Seguramente nadie se ha movido mejor que Federer en una pista de tenis, pero él nunca ha tenido la fortaleza mental de Nadal. El suizo lloró lágrimas de autocompasión cuando Nadal le ganó en el Open de Australia de 2009, y dijo: “Dios, esto me está matando”.
Estaba asumiendo que él, Federer, con su mejor juego, sabía que no podía ganar al mejor Nadal.
El español siempre elevó su nivel contra Federer, para desesperación del “gran hombre”, pero ayer contra Berdych sólo necesitó utilizar lo que Tiger Woods llama su “plan B”. Falló probablemente más drives que en el resto del campeonato junto. Algunos quizá por el intento de Berdych de lanzarle bolas cortas y lentas. Quiso trabajar como Arthur Ashe en 1975 en su épica final contra Jimmy Connors, pero el checo no es un artesano. Nadal falló muchos tiros, pero nunca parecíó como si él estuviera pensando en que necesitaba elevar su nivel.
Todo el mundo ama a Rafa, pero, por favor, que alguien le diga algo sobre alguno de sus famosos tics. Con ya 24 años es como si padeciera un desorden obsesivo-compulsivo. Las dos botellas tienen que ser colocadas exactamente sobre la misma brizna de hierba, las toallas en todos los puntos, los pellizcos al pantalón, no pisar las líneas... En el tercer set se sacaron bolas nuevas y él no aceptó tomarlas hasta que el recogepelotas estuviera de nuevo en su posición original. Incluso entonces pidió tres para escoger, aunque ninguna de ellas había sido estrenada todavía.
En esos momentos podrías llegar a simpatizar con Federer y exclamar: “Dios, esto me está matando”, pero Berdych sólo parecía feliz de estar allí. Una voz masculina gritó: “Te quiero, Rafa”. Eso era tan inevitable como en la final femenina del sábado. Otra voz gritó: “Eres un genio, Rafa”.
Ah, pero a veces los genios son bastante aburridos. Algunas de las victorias de Tiger Woods fueron tan emocionantes como un retraso de cinco horas en el aeropuerto. Así fue ayer con Nadal. Yo estaba casi a punto de reclamar el retorno de Federer. Pero entonces la memoria me recordó el flash de de lo que dijo Fed al irse de aquí: “Rafa está jugando tremendo últimamente”. ¿Del modo que le ha conducido hasta ese 14-7 en el total de sus duelos de su carrera, a ese 6-2 en partidos de Grand Slam, a ese 12-5 en finales? Fede ha muerto. ¡Viva la Re-Rafa-volución!”
(Mark Reason, DT)
Publicado: Jue Jun 24, 2010 4:12 pm
Pero ya.