Vistas las pasiones que genera Brawn GP, y comprobando lo cerca que de estos se encuentra Red Bull, sin polémico difusor, creo necesario crearles su propio box. Resulta inimaginable el discutible concepto en manos de Newey, con el gol por la escuadra que ya les ha metido a todos…

Ahora que los cronos lo corroboran, es momento para reabrir el debate sobre el polémico efecto suelo. Basado en conocido principio de Bernoulli, del que a su vez se desprende el efecto Venturi, se trata, ni más de menos, que de confrontar dos zonas de diferente presión, para generar aspiración al suelo. Esto se consigue según los citados fenómenos físicos haciendo pasar corrientes de aire a distinta velocidad entre los lados de una superficie o volumen.
En la época del malogrado Villeneuve se conseguía implementando el sistema en el hueco que para tal circunstancia se dejaba bajo el chasis. A día de hoy, no hay más que mirar la foto del Red Bull para ver la obsesión de Newey por dejar pasar todo el aire posible y más que pudiera a la parte baja del coche. Resultado, efecto suelo entre el la parte alta de la carrocería y el suelo. Si a esto le unes el difusor Brawn, verdadero catalizador de tal efecto, tienes lo que estamos viendo: dos categorías, se pongan como se pongan. Y lo peor, o mejor, es la escalada de soluciones en esa línea que se nos vienen encima.
En mi opinión deberían de prohibir este tipo de diseño a poco tardar, más que nada, porque las soluciones drásticas de tipo aeronáutico, rara vez pueden llegar a los turismos de calle, los cuales históricamente se han nutrido de la F1 y es en gran medida gracias a esta competición que disfrutamos las maravillas mecánicas que hoy en día se pueden ver en el mercado.
