Y la muerte voló sobre Imola.
A veces una desgracia va precedida de una cadena de acontecimientos premonitorios que dificilmente son analizados en el momento que se producen, y que normalmente dan lugar a multitud de especulaciones tardías. Lo sucedido desde la mañana del viernes en el Gran Premio de la República de San Marino aquel año, ha sido desmenuzado en millones de líneas escritas, en horas de radio y televisión e, incluso, dio lugar a una exhaustiva investigación y un largo pleito promovido por los tribunales de justicia italianos contra el constructor Frank Williams, que finalmente fue exonerado de toda responsabilidad en el accidente ¿Se rompieron la dirección o la suspensión?¿Intervino en la causa del accidente un neumático pinchado, frío, o bajo de presión? ¿Fue un error de Senna?¿Tuvo la culpa el mal estado de la pista o la existencia de un bache, ya denunciado por otros pilotos, en plena curva del Tamburello?¿O quizás fueron los restos dejados por el accidente entre JJ Letho y Pedro Lamy en el curso de la primera vuelta cuando explotaron como una bomba al colisionar?. Mucho me temo que la respuesta nunca se concocerá y sólo las opiniones de unos y otros permiten formar una vaga idea de lo que pudo suceder...
continua...

Multum in parvo. 
, se subió en un coche de la organización y acudió al lugar de la tragedia para ver con sus propios ojos una vez más la enorme dimensión que alcanza un accidente a esas velocidades. Su gesto, según se supo la mañana del domingo, fue muy mal visto por los comisarios del circuito que le hicieron una amonestación oficial. Según ellos: "No existía ninguna razón para que Senna fuese al lugar del accidente y debería explicar cuales habían sido sus intenciones. Después de todo, él no era un oficial de seguridad del circuito y no era asunto suyo el ocuparse de ciertas cosas. Es increible... y, además, ha ido hasta el lugar del accidente en un coche de rescate oficial del circuito".