Este articulo fue tomado de la revista Soho
http://soho.terra.com.co/soho/articuloView.jsp?id=3454
Ahora las cosas buenas en calidad son también buenas de corazón. La prestigiosa marca Tag Heuer nos trae una razón de mucho peso para adquirir uno de los cronógrafos Fórmula Sonrisas, feliz unión entre la casa suiza y la fundación del mismo nombre, presidida por Connie Freydell, esposa de Juan Pablo Montoya.
Esta exclusiva serie de relojes de alta precisión tiene la particularidad de hacer feliz a mucha gente: a Tag, por haber fabricado semejante joya; al comprador, por saberse dueño de una pieza única, y a miles de niños en Colombia, que se verán beneficiados por los 200 dólares que la marca piensa destinar a Fórmula Sonrisas por cada una de las 200 piezas que componen esta edición. Haga cuentas; es mucho dinero, pero ningún centavo será en vano.
Ahora, supongamos que usted no es un filántropo, que el detalle de la donación lo tiene sin cuidado, y que lo que le importa es saber a qué pieza se está haciendo. Pues bien, agárrese.
El cronógrafo cuenta con las seis características fundamentales de un reloj deportivo profesional: corona a rosca, índices y agujas luminosas, cristal de zafiro, bisel giratorio unidireccional, estanquidad hasta 200 metros y doble cierre de seguridad. Hay tanta belleza y tanto cuidado en este producto, que igual podrá servirle para hacer ciclomontañismo o ir a una fiesta.
Toda la campaña con Fórmula Sonrisas está avalada por Tag Heuer, que permitió que el logo de la fundación apareciera impreso en el rojo tablero del reloj. Y ya que estamos en campaña, SoHo quiere abanderar otra: el "apellido" de la marca no se pronuncia "jiuer", sino "joyer", como joyero, pero sin la "o" final.
Para aquellos puntuales empedernidos (¿hay de esos en Colombia?) les contamos que ya existe una serie en la que podrán medir el tiempo hasta en milésimas de segundos. Aunque en realidad este pequeño gran detalle palidece ante la siguiente estadística: en la Fórmula IRL, Tag cronometra hasta en diezmilésimas de segundo, por aquello de que a los corredores de dicha categoría les da por llegar todos juntos, y nunca se ha equivocado. Es que estos señores suizos no dan puntada sin dedal.
