Manel Fuentes no defraudó.
Se confirmaron mis sospechas y el programa especial de Telecinco “Hombre del año” no me defraudó. Para hacer honor a un evento televisivo de tan pomposo título el personaje elegido era probablemente el más apetecible para un aficionado español a la F1, Fernando Alonso.
Como seguidor del piloto asturiano el programa me había suscitado bastante interés y hasta rebusqué entre las cintas de video de la temporada 2004 alguna que tuviese algunos minutos libres para poder grabar una intervención televisiva de un piloto que no suele prodigarse en este tipo de programas más o menos informales. Un servidor hacía tiempo que no veía los programas del Sr. Fuentes ya que la novedad que supuso en un principio dio paso a una reiteración en el humor facilón, unas imitaciones tan burdas como poco logradas y unos colaboradores tan modernos y guays como repetitivos que hicieron del programa uno más que añadir a la lista de mis programas vetados.
Pero bueno, fobias y prejuicios aparte la ocasión requería al menos el beneficio de la duda y el dar una segunda oportunidad a un profesional que en poco tiempo ha hecho bueno el dicho de “es más fácil llegar que mantenerse”.
A lo que vamos, entra Fernando Alonso en el plató y tras la presentación de rigor comienza una entrevista que a los pocos minutos da paso a la aparición del actor-“director” Santiago Segura. La cosa podía haber tenido su gracia pero se cayó en los mismos tópicos de siempre, que si Alonso es un deportista guapo, rico, joven y famoso y que si Segura es feo, gordo y calvo. Más de lo mismo pero además sin venir a cuento y con poca gracia, una vez más el humor facilón salpicado por unas previsibles imitaciones a Juan Carlos I.
Una vez que Santiago Segura hubo publicitado su próxima película la entrevista continuó sin ritmo, sin orden y lo que es peor, otra vez sin gracia en lo que a priori pretendía ser un programa gracioso. Uno no pide que le expliquen como va el desarrollo del R25 en un programa dirigido a las masas, pero al menos si que pide un poco de calidad o como mal menor, un poco de divertimento que no es poco para los tiempos que corren.
Entre anuncios y fotomontajes de dudoso gusto dedicados a la sexualidad de Alberto de Mónaco, los colaboradores iban desfilando en un intento de hacer el programa más ameno y humorístico. No hubo interrelación entre los colaboradores y Alonso con lo que la entrevista nunca iba in crescendo sino más bien todo lo contrario, se enfriaba de manera irremediable y uno tenía que hacer como en las carreras, apretar el pause tras comprobar que el humor insertado a la fuerza era tan pésimo como indigesto.
A mitad de programa, (Alonso aguantó más de una hora el especial), apareció Lobato y bromeó con Fernando sobre las experiencias de 2004. Fue con diferencia lo mejor del programa pero la cosa no podía quedar tan bien y la presencia de Lobato fue efímera, o al menos a mí ese rato se me hizo corto. Como primicia en ese oasis dentro del programa se anunció otro especial sobre Alonso realizado por el equipo de deportes para una próxima emisión.
El resto de la entrevista fue un autentico despropósito del que Fuentes ya no supo salir airoso y la habitual gracia de Fernando quedó desaprovechada en un programa que podía haber sido y no fue, o mejor dicho si fue, espantoso. El punto final lo puso la aparición de Melendi que salvo rascarse la cara continuamente y mostrarnos un bonito sombrero rojo que me recordó a Ferrari poco más aportó.
En fin, Fuentes no defraudó y como a todo hay que buscarle el lado positivo, por lo menos el programa me sirvió para averiguar donde tengo unos minutos libres de video para volver a grabar.
